Los mitos más comunes sobre la nutrición desenmascarados por expertos

La nutrición es un tema que genera muchos mitos y conceptos erróneos en la sociedad.

Existen numerosas creencias populares sobre alimentos, dietas y hábitos alimenticios que se han ido propagando con el tiempo, a pesar de no tener un verdadero sustento científico.

Desde afirmaciones sobre engordar o adelgazar, hasta mitos sobre nutrientes específicos y sus efectos en el organismo, existen muchas ideas preconcebidas sin fundamento real en el campo de la nutrición. Incluso algunas podrían ser perjudiciales si se llevan al extremo o se interpretan de forma equivocada.

Mitos más comunes sobre la nutrición desenmascarados por expertos

Los nutricionistas con años de experiencia en consulta clínica y docencia, han escuchado una infinidad de dichos y creencias nutricionales de todo tipo entre sus pacientes y alumnos.

Muchas personas se sorprenden cuando se enteran de que algunas de las cosas que daban por ciertas no son del todo correctas.

En este artículo abordaremos algunos de los mitos y conceptos erróneos más extendidos en nutrición. Explicaremos el origen de estas falsas creencias y por qué la evidencia científica actual las desmiente.

Nuestro objetivo es brindar información veraz y despejar dudas sobre estos temas tan comentados.

Saltar comidas engorda

Uno de los mitos más arraigados es que saltarse comidas, especialmente el desayuno, provoca aumento de peso.

Sin embargo, lo que realmente importa es el balance calórico total del día. Saltarse una comida no tiene un impacto directo en el peso, siempre y cuando la ingesta calórica diaria se mantenga estable.

De hecho, para algunas personas saltarse el desayuno funciona bien porque les permite comer más tarde cuando realmente tienen hambre. Lo importante es escuchar las señales de hambre del cuerpo y comer cuando sea necesario.

Los carbohidratos engordan y hay que evitarlos

Otro mito común es que los carbohidratos, especialmente almidones como el pan, arroz, papa o cereales, son malos y engordan.

Pero los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cuerpo y el cerebro. Incluso dietas muy bajas en carbohidratos pueden tener efectos negativos.

Lo que sí se recomienda es consumir carbohidratos de buena calidad, como granos integrales, frutas, verduras y legumbres. Estos aportan vitaminas, minerales y fibra. En cantidades moderadas son parte de una alimentación saludable.

Las grasas son el mayor enemigo de la dieta

Durante años se creyó que todas las grasas eran perjudiciales para la salud y favorecían la obesidad. Pero hoy se sabe que no todas las grasas son iguales.

Las grasas saturadas y trans sí deben consumirse con moderación. Pero grasas insaturadas como el aceite de oliva, aguacate, frutos secos o pescados son saludables y necesarias para el organismo. Incluso pueden ayudar a bajar de peso porque generan sensación de saciedad.

Las grasas no tienen por qué ser prohibidas cuando se consumen de forma inteligente.

Los lácteos enteros engordan más que los desnatados

Los productos lácteos enteros tienen más grasas que los desnatados, por lo que muchos creen que engordan más. Pero diversos estudios demuestran que no necesariamente es así.

La grasa de los lácteos aporta saciedad, lo que puede llevar a comer menos en general. Los lácteos desnatados también tienden a tener más azúcares agregados. Lo ideal es consumir lácteos enteros pero con moderación, prestando atención a las calorías totales.

Los edulcorantes son dañinos y causan cáncer

Los edulcorantes artificiales han sido relacionados con diversas enfermedades.

Pero las investigaciones muestran que los edulcorantes aprobados, como sucralosa o stevia, son seguros para la mayoría de las personas si se consumen con moderación.

No hay pruebas sólidas de que en las cantidades permitidas causen cáncer u otros problemas de salud. Eso sí, no son recomendables para mujeres embarazadas y pueden alterar la flora intestinal en algunas personas. Pero para endulzar de vez en cuando, son una opción mejor que el azúcar común.

El azúcar de las frutas es tan perjudicial como la azúcar refinada

Muchas personas piensan que comer fruta puede ser tan malo para la salud como consumir azúcar refinada, ya que la fruta tiene azúcares naturales. Pero esto no es del todo cierto.

La fruta contiene azúcares simples como la fructosa, pero en cantidades menores y empaquetadas con agua y fibra. El azúcar refinada se consume en mayor proporción y sin ningún otro nutriente. Además, la fibra de la fruta ayuda a que la absorción de azúcares sea más lenta y estable.

Los suplementos vitamínicos son imprescindibles

Otra idea extendida es que las vitaminas sintéticas en forma de suplementos son imprescindibles para tener buena salud y prevenir enfermedades.

Pero lo cierto es que una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, proteínas y grasas saludables, puede aportar todos los nutrientes necesarios, sin necesidad de recurrir a suplementos.

Estos sólo deben recomendarse en casos muy concretos de deficiencias diagnosticadas o requerimientos especiales, y bajo supervisión profesional.

Tomar suplementos vitamínicos innecesarios o en altas dosis puede incluso ser perjudicial para la salud. Por ello, lo recomendable es apostar primero por una alimentación completa y acudir al profesional si existen dudas.

Los alimentos light o bajos en grasas son siempre la opción más saludable

Los productos que se comercializan como light o bajos en grasas pueden parecer la opción más saludable. Pero no siempre esto es así, ya que la grasa se puede reemplazar por azúcares u otros ingredientes para mejorar el sabor.

Es importante fijarse en el perfil nutricional completo del producto y no sólo en el contenido de grasas. Muchas veces la versión normal de un alimento puede ser igual o más saludable que la alternativa light. Además, ciertas grasas como las insaturadas son beneficiosas para la salud.

Por ello, es preferible comer alimentos integrales y naturales sin caer en el mito de que «light» es siempre mejor.

La nutrición es un campo muy dado a los mitos y la desinformación. Pero siguiendo la evidencia científica actual, se pueden desmentir muchas creencias populares sin base real. Lo más importante es llevar una alimentación balanceada, variada y acorde a las necesidades individuales.

 

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